Nunca es tan tarde. No importa el tiempo ni las oportunidades perdidas.
Lo que importa es que llego el día en que te diste cuenta que no era para vos,
que no eran el uno para el otro, que el amor no era lo suyo.
No te sientas culpable y agradece que paso. Y que ya el miedo no te impide verlo.
Nunca se amaron como debieron. Fue una mala casualidad simplemente.
Dos personas que se gustaron. Dos buenos amigos que por alguna razón quisieron estar juntos.
Quisieron permanecer juntos, compartiendo la vida.
Dos personas muy leales que por el cariño que sentían y por el tiempo juntos,
decidían tomarse de las manos al caminar.
Pero la pasion, esa locura por el ser amado, ese deseo intenso de hacer feliz al otro...
...no, no estaba entre ellos. No era lo suyo.
Y no importa el tiempo perdido, créeme.
Todavía queda camino por recorrer,
y quizás te encuentres, por allí, sin pensarlo con esa persona que te vuele la cabeza
y te ancle el corazón... antes de lo esperado, quizás.
Por eso no te arrepientas.
Va a doler tu corazón hasta que se olvide que creyó amarlo con pasión.
Va a dolerte el pensamiento, hasta que se olvide de pensar en él y de pensar con él.
Pero tranquila, luego todo será aliviador.
La verdad es sanadora, no lo olvides y agradece que al fin sucedió.
El miedo se fue, y lo sé: este no era mi cuento de amor.